Hace algún tiempo publiqué una entrada sobre este tema debido al reclamo del gobierno boliviano por una supuesta usurpación de patrimonio cultural, dentro del contexto tan bizarramente cultural de la elección de Miss Universo 2009 (capitalista evento organizado por una empresa privada que pertenece a Donald Trump y NBC Universal). Como se recuerda, en esa ocasión Miss Perú Karen Schwarz lució un traje de diablada, lo que produjo la protesta del gobierno de Evo Morales.
El gobierno de Morales vuelve a la carga a través de la Ministra de Culturas Zulma Yugar, quien vuelve a hablar de usurpación de tradiciones. Es casi seguro que el tema de la Diablada dará que hablar de nuevo, por lo tanto nos permitimos llamar la atención sobre un punto interesante.
Las siguientes ilustraciones pertenecen al Códice Trujillo del Perú, elaborado en el siglo XVIII por el obispo Baltazar Martínez Compañón. La danza representada es denominada como "Los Diablicos". A continuación haremos algunas anotaciones tomando detalles del códice.
Analizando la imagen encontramos que ya en el siglo XVIII, en el entonces Virreynato del Perú, están presentes los elementos que forman la Diablada contemporánea. Están los danzantes con máscaras de diablo, como se ve a continuación:
Pero lo más importante está en el centro de la imagen, donde se observa claramente la confrontación entre el demonio y el Arcángel San Miguel, el cual aparece representado con espada y escudo. Este es un elemento central en la Diablada contemporánea, en cuyo simbolismo el enfrentamiento entre el bien y el mal es crucial. Esto ya está presente en el Códice Trujillo.
Esta es solo una prueba más de que la Diablada se gestó mucho antes de que las actuales fronteras entre el Perú y Bolivia existan. Estamos hablando de una manifestación cultural cuya existencia es anterior a las repúblicas de Bolivia y del Perú. No cabe, por lo tanto, hablar de usurpación entre estados.
Las fotografías las hemos tomado de la muestra Sonidos Ancestrales del Perú, que está en exhibición en La Casona de la Universidad San Marcos, en el Centro Histórico de Lima. En lugar de hablar de usurpación, deberíamos a empezar a hablar de investigación conjunta. Eso sería más provechoso para nuestros pueblos que los pronunciamientos altisonantes, pues hay mucho, mucho por investigar. Tal vez la Ministra de las Culturas de Bolivia quisiera darse una vuelta por esta muestra. Estamos seguros que encontraría muchos más puntos de coincidencia en el patrimonio de ambos países hermanos.
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2 comentarios:
Excelente artículo.
Gracias por el comentario :)
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