miércoles, 9 de septiembre de 2009

Diabladas, Ekekos y patrimonio (1)

A ver, estos líos se me antojan absurdos.
Primero fue el reclamo del gobierno boliviano por un traje típico en un evento tan trivial como Miss Universo: el traje de Diablada utilizado por Miss Perú. El gobierno boliviano puso el grito en el cielo alegando una supuesta usurpación de patrimonio.

Precisemos que el gobierno de Bolivia no puso demasiado empeño en "impugnar" el traje peruano ante Miss Universe Organization, la empresa privada perteneciente a Donald Trump y NBC Universal que organiza el mentado concurso. Evo Morales prefirió convocar a la ciudadanía y amagó con llevar el reclamo a la Unesco y ¡el tribunal de La Haya! (¿¡!?) Del lado peruano hubo respuestas y a ambos lados de la frontera se registraron pasacalles, ceremonias y declaraciones que reivindicaban a La Diablada como patrimonio.

Resultado: el reclamo del gobierno boliviano agitó las aguas en el vecindario, pero sin salpicar a Mr. Trump y su organización, símbolos preclaros de la economía neoliberal, la bestia negra de Evo Morales.
Posteriormente el canciller de Bolivia bajaría el tono al debate, indicando que "no hay que hacer mucho problema por el tema de la diablada, no puede dividir a nuestros pueblos". En eso estoy de acuerdo con Choquehuanca. ¿Quién podría no estarlo? Pero hubiéramos comenzado por allí, ¿no?

Todo pareció tomado del teatro del absurdo: un concurso convocado por una poderosa transnacional, manejada por un avatar del neoliberalismo como Donald Trump, desataba la disputa sobre la propiedad (!?) de una manifestación cultural entre dos supuestos rivales (!?) separados por una frontera mucho más artificial y reciente que la cultura que une a sus ciudadanos. Como si la danza fuera patrimonio de los estados y no de los pueblos.

Por cierto, el traje de Diablada ya había sido exhibido anteriormente en Miss Universo por más de una Miss Chile, sin que hubiera ningún reclamo de por medio.

Pasó Miss Universo, donde la representante peruana lució el traje de Diablada. Es evidente que nadie creyó en el cuento de la impugnación. Ahora le toca el turno al Ekeko, pero de eso hablaré en el siguiente post.

Cierro este con dos imágenes.

1. Una máscara de Diablada que no es ni de Bolivia ni del Perú. La encontré aquí.


2. Una concursante a Miss Universo, que no es peruana ni boliviana, luciendo traje típico de Diablada. La encontré aquí.

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